Los más pequeños disfrutan mucho regando las plantas aromáticas de nuestro huerto y es un buen momento para trabajar el nombre de cada una de ellas, distinguir los olores y recolectar sus hojas para elaborar bolsas aromáticas.
Esta actividad nos acerca a la naturaleza, activa nuestros sentidos y nos permite fomentar el trabajo de la motricidad fina. Una vez realizada nuestra bolsa aromática, nos la podemos llevar a casa y perfumar la habitación o el armario.